martes, abril 25, 2006

No se asusten, no muerde

No pregunten cómo llegué a la página del CEIP (Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones, Leon Trotsky). El asunto es que llegué y me puse a ojear algunos de sus textos online, como este en el cual describe la situación del capitalismo en 1921, tratando de explicar por qué la revolución no había prendido aún fuera de la URSS.
Más interesante (y afortunadamente corto) es este artículo de 1934 titulado "Si norteamerica se hiciera comunista", que vale la pena leer, no más sea como curiosidad.
Como buen comunista le gusta profetizar, planificar, confrontar...delirar, y augura un provechoso futuro para EEUU en caso que tome las riendas del comunismo, para el cual, y a diferencia de la rusia zarista, está óptimamente preparado.
Es una especie de panegírico sobre y para el pueblo norteamericano no exento de grandes ocurrencias pero tampoco de precisas descripciones.
En la primera parte justifica el miedo de los norteamericanos por el comunismo en razón de la difusión del experimento soviético. Y allí, interpreto, manda tiros por elevación a sus rivales políticos en el poder de la URSS.
Cito:
Tiemblan [ustedes] ante la perspectiva de que los norteamericanos se vean regimentados en sus hábitos de alimentación y vestido, obligados a subsistir con raciones de hambre, a leer una estereotipada propaganda oficial en los periódicos, a servir de simples ejecutores de decisiones tomadas sin su participación activa. O suponen que tendrían que guardarse para sí sus pensamientos mientras alaban en voz alta a los líderes soviéticos por temor a la cárcel o al exilio.

Continúa implacable, pero cerrando la idea como si sólo estuviera recogiendo los temores que escucha de los norteamericanos
Temen la inflación monetaria, la tiranía burocrática y tener que pasar por un intolerable papeleo “rojo” para obtener lo necesario para vivir. Temen la estandarización desalmada del arte y la ciencia, así como de las necesidades cotidianas. Temen ver la espontaneidad política y la supuesta libertad de prensa destruidas por la dictadura de una monstruosa burocracia. Y tiemblan ante la idea de tener que aceptar la volubilidad incomprensible de la dialéctica marxista y una filosofía social disciplinada. Temen, en una palabra, que la Norteamérica soviética se transforme en la contraparte de lo que les han dicho que es la Rusia soviética.

Ahora comienza la mezcla de halagos con fantasías
La industria nacional se organizará siguiendo el modelo de vuestras modernas fábricas de automotores de producción continua. La planificación científica se elevará del nivel de la fábrica individual al del conjunto del sistema económico. Los resultados serán estupendos.

No, en serio
Los costos de producción disminuirán en un veinte por ciento o tal vez más.[...]los soviets norteamericanos establecerán sus propios gigantescos establecimientos agrícolas, que serán también escuelas voluntarias de colectivización.

Más: "Incluso la intensidad y abnegación del sentimiento religioso predominantes en Norteamérica no serán un obstáculo para la revolución. Si en Norteamérica se asume la perspectiva de los soviets, ninguna barrera sicológica será lo suficientemente firme como para demorar la presión de la crisis social."
Acá sugiere una idea bastante macabra, en práctica en Rusia desde hacía tiempo. No es el archipiélago gulag, ¡Es la isla Gulag!
En cuanto a los relativamente escasos adversarios de la revolución soviética, se puede confiar en el genio inventivo de los norteamericanos. Por ejemplo, podríais mandar a todos vuestros millonarios no convencidos a alguna isla pintoresca, con una renta para toda la vida, y que se queden allí haciendo lo que les plazca.

Acá entramos nosotros, a lo grande, en un ALCA -o COMECON- comunista (Area libre comunista de las americas?) Subestimó al ALBA.
A las pocas semanas o meses de establecidos los soviets en Norteamérica el panamericanismo sería una realidad política.

Los gobiernos de Centro y Sud América se verían atraídos a vuestra federación como el hierro por el imán. Lo mismo ocurriría con Canadá. Los movimientos populares de estos países serían tan fuertes que impulsarían este gran proceso unificador en un brevísimo período y a un costo insignificante. Estoy dispuesto a apostar que el primer aniversario de los soviets norteamericanos encontraría al Hemisferio Occidental transformado en Estados Unidos soviéticos de Norte, Centro y Sud América, con su capital en Panamá. Por primera vez la Doctrina Monroe adquiriría un peso total y positivo en los asuntos mundiales, aunque no el previsto por su autor.


Roosevelt se le adelantó
Vuestro gobierno soviético simplemente abolirá el secreto comercial, combinará todos los descubrimientos de estas investigaciones realizadas en función de la ganancia privada y los transformará en un sistema científico de planificación económica. Para ello contará con la colaboración de una numerosa clase de consumidores cultos y críticos. La combinación de las industrias clave nacionalizadas, el comercio privado y la cooperación del consumidor democrático producirá rápidamente un sistema sumamente flexible para satisfacer las necesidades de la población.

Por un momento tiene un chispazo de lucidez, cuando toca el tema de la moneda, una de las instituciones mas sensatas de EEUU
Ni la burocracia ni la policía harán funcionar este sistema; lo hará el frío, duro dinero.

Vuestro dólar todopoderoso jugará un rol fundamental en el funcionamiento del nuevo sistema soviético. Es un gran error mezclar la “economía planificada” con la “emisión dirigida”. La moneda tendrá que ser el regulador que mida el éxito o el fracaso de la planificación. Vuestros profesores “radicales” se equivocan mortalmente con su devoción a la “moneda dirigida”. Esta idea académica podría fácilmente liquidar todo vuestro sistema de distribución y producción. Esa es la gran lección a extraer de la Unión Soviética, donde la amarga necesidad se convirtió en virtud oficial en el reino del dinero. La falta de un rublo de oro estable es allí una de las causas fundamentales de muchas de las dificultades y catástrofes económicas. Es imposible regular los salarios, los precios y la calidad de las mercancías sin un sistema monetario firme. Tener un rublo inestable en un sistema soviético es lo mismo que tener moldes variables en una fábrica que trabaja en serie. No funciona.

Pero esta saludable dosis de hiperrealismo crematístico cede nuevamente ante los escenarios idealizados (noten el ! al final)
Sólo será posible abandonar la moneda de oro estable cuando el socialismo logre sustituir el dinero por un sistema de control administrativo. Entonces el dinero será un vale común y corriente, como el boleto del colectivo o la entrada al teatro. A medida que el socialismo avance también desaparecerán estos vales; ya no será necesario el control, ni en dinero ni administrativo, sobre el consumo individual; puesto que habrá suficientes bienes como para satisfacer las necesidades de todos!

Still, el oro manda: "La Norteamérica soviética contará con reservas de oro suficientes para estabilizar el dólar, lo que constituye una ventaja invalorable." Y es que en la tierra del Vodka "Padecemos una inflación monetaria contínua y una monstruosa burocracia."
Suena tentador
Norteamérica soviética no tendrá que imitar nuestros métodos burocráticos. [...] Entre nosotros los soviets se burocratizaron como resultado del monopolio político de un solo partido, transformado el mismo en una burocracia.

No importa cuánto sentido común tengan, no digan esto en Rusia, o podrían aparecer con un picahielo clavado en la cabeza.
Pues en Norteamérica soviética no existirá el monopolio de la prensa por parte de los jefes de la burocracia como en la Rusia soviética. Nacionalizar todas las imprentas, las fábricas de papel y las distribuidoras sería una medida puramente negativa. Significaría simplemente que al capital privado ya no se le permite decidir qué publicaciones sacar, sean progresivas o reaccionarias, “húmedas” o “secas”[5], puritanas o pornográficas.

Acá podemos estar de acuerdo
En realidad, los yanquis soviéticos del futuro dirigirán a Europa en los mismos terrenos en los que hasta ahora Europa ha sido su maestro. Los europeos tienen una idea muy pobre de cómo puede influir la tecnología en el destino humano y adoptaron una actitud de despreciativa superioridad hacia el “norteamericanismo”, particularmente a partir de la crisis. Y sin embargo el norteamericanismo marca la verdadera línea divisoria entre la Edad Media y el mundo moderno.

Esto tiene mucha vigencia hoy
Hasta ahora en Norteamérica la conquista de la naturaleza ha sido tan violenta y apasionada que no habéis tenido tiempo de modernizar vuestras filosofías o de desarrollar formas artísticas propias. Hasta ahora habéis sido hostiles a las doctrinas de Marx, Hegel y Darwin. La quema de los trabajos de Darwin por los bautistas de Tennessee[6] es sólo un pálido reflejo del rechazo de los norteamericanos a las doctrinas evolucionistas. Esta actitud no se limita a vuestros pulpitos. Todavía es parte de vuestra conformación mental.

Pero Trotsky cree que el racionalismo norteamericano no está del todo desarrollado.
Tanto vuestros ateos como vuestros cuáqueros son decididamente racionalistas. Y ese mismo racionalismo está debilitado por el empirismo y el moralismo. No tiene nada de la implacable vitalidad de los grandes racionalistas europeos. Por eso vuestro método filosófico es más anticuado todavía que vuestro sistema económico y vuestras instituciones políticas.

Nótese cómo critica a los nazis por depurar la raza, pero sugiere que, eugenesia mediante, se cree un nuevo hombre! De yapa, y para finalizar, su profecía es paralelamente su hipotético primer decreto.
Mientras los majaderos románticos de la Alemania nazi sueñan con restaurar la pureza original, o mejor dicho la inmundicia original de la vieja raza de la Selva Negra europea, vosotros, norteamericanos, luego de dar un firme salto en vuestra economía y en vuestra cultura, aplicaréis genuinos métodos científicos al problema de la eugenesia. Dentro de un siglo, de vuestra mezcla de razas surgirá un nuevo tipo de hombres, el primero en merecer el nombre de Hombre.

Y una profecía final: ¡en el tercer año de gobierno soviético en Norteamérica, ya no mascaréis goma!


Que personaje este Trotsky.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el descubrimiento.
Según Paul Johnson ("Tiempos modernos"), si Trotsky hubiera triunfado en la puja con Stalin, habría sido más fanático y más peligroso.
Como esos ejercicios de historia contrafáctica son difíciles de realizar, me quedo con una conclusión general: en cualquiera de sus versiones, el comunismo es intrínsecamente perverso y totalitario (además de irracional e ineficaz).

León Saenz dijo...

Mira vos. Que locos estos chicos semi fascistas. Como andan muchachos?
Ahhhh sale una foto de Roca!!!! Estas contento reverendo HDP?? parece que si, sabias que Roca fue un genocida???
aah pero como vos debes tener platita debes verlo muy seguido en los billetes de 100

Viva Trotsky carajo!!!

MarcosKtulu dijo...

Viva el Zar, pelotudo!
el zar romay