miércoles, diciembre 02, 2009

Ética totalitaria

Willy Shirer te regala tres anédcotas donde cuenta cómo lo temible del reich podía tener tanto de serio como de autoengaño.
En el tren de Munich-Lausana, 4 de febrero [de 1940]
-En Alemania es un delito grave escuchar una emisora de radio extranjera. El otro día la madre de un aviador alemán recibió aviso de la Luftwaffe de que su hijo había desaparecido y se lo suponía muerto. Un par de días despues, la BBC de Londres, que emite semanalmente una lista de los alemanes prisioneros, anunció que el chico había sido capturado. Al día siguiente recibió ocho cartas de amigos y conocidos deciéndole que habían oído que su hijo estaba bien y era prisionero de los ingleses. A partir de aquí, la historia toma un giro desagradable. La madre denunció a los ocho a la policía por escuchar una emisión inglesa, y todos fueron arrestados. (Cuando intenté contar esta anécdota en la radio, el censor nazi me tachó el texto basándose en que los oyentes norteamericanos no comprenderían ¡el heróismo de la mujer al denunciar a sus ocho amigos!).
-Los padres de un oficial de submarino fueron informados oficialmente de la muerte de su hijo. La embarcación no llegó y el Almirantazgo alemán la había dado por perdida. Los padres dispusieron un funeral religioso. La mañana del funeral se presentó el carnicero diciendo que quería intercambiar unas palabras en privado con el cabeza de familia. Después vino el dueño de la tienda de comestibles con idéntica petición. Y finalmente comenzaron a llegar algunos amigos. Todos habían oído anunciar en la BBC que el hijo se hallaba entre los prisioneros capturados de un submarino. Pero ¿Cómo anular el funeral sin dejar que las autoridades se enteraran de que alguien que gozaba de la confianza de la familia había escuchado una radio extrnajera? Si los padres no lo decían, tal vez los detendrían a ellos mismos. Se reunió un consejo familiar y decidieron seguir adelante con el funeral. Una vez concluido, los asistentes se reunieron en la casa de los padres, donde se enteraron de la verdad -si es que no la sabían aún-, y todo el mundo celebró con champán.
-Una gran compañía cinomatográfica alemana completó el verano pasado, con una inversión de varios millones de marcos, una película basada en las hazañas en España de la Legión Cóndor alemana. Era una superproducción que pretendía mostrar cómo se había derramado en España sangre alemana en la lucha contra el bolchevismo. La vieron y la elogiaron Hitler, Göring, Goebbels, Himmler, etc. Pero luego vino el pacto nazi-soviético del pasado agosto. La película está a buen recaudo ahora. No se ha mostrado al público.

Op. cit Willam Shirer, p. 244-245

4 comentarios:

hugo dijo...

me pregunto si en los dos primeros casos no se trataría de una reacción ante el temor a ser "probado"...

el último, se llama en política -en la alemania nazi y en todo el mundo- "tragarse un sapo"...

Claude dijo...

Qué buenas anécdotas. La del funeral da para una versión fílmica italiana.

MarcosKtulu dijo...

Puede ser Igor, los totalitarismos permanentemente ponen a prueba tu lealtad. Por eso que a veces cumplir el deber termina siendo conspirativo también, por ejemplo, si por exceso de ideología alguien no se traga el sapo.
8 delaciones parece demasiado no? Esta mujer debía ser más nazi que franco y mannerheim juntos.
Claude, lo veo como la contracara de lo otro. Estos sistemas basados en el engaño dan para todo. Y lo que será la urss!

Fernando dijo...

No se conforman con prohibir el disenso público (y privado). Exigen devoción.